ESPLENDOR EN LA NOCHE DEL MARTES SANTO

El pasado Martes Santo, día 19 de abril, veinticinco años después de que nuestra querida Cofradía realizara estación de penitencia por primera vez, volvíamos un año más a acompañar al Señor de la Oración en el Huerto, en su peculiar caminar bajo la cariñosa mirada de nuestra amantísima Madre de la Esperanza. Ante la amenaza de lluvia, que nos recordó que el verdadero poder no es de este mundo, se decidió, antes de la salida, realizar solo el itinerario que trascurre por nuestro barrio, lo que no hizo que mermara la solemnidad y resplandor que caracteriza nuestras salidas.

Tras la celebración de la palabra, y con algún retraso que pacientemente soportó el fervoroso gentío aglutinado en las inmediaciones del templo, la cofradía se puso en la calle.

Abría el séquito la cruz guía flanqueada por los faroles, que daban comienzo al cotejo de penitentes verdes y blancos. En el centro, un penitente portaba el libro de reglas, y un grupo de pequeños acólitos iban perfumando el recorrido con el agradable olor del incienso. Delante del paso de nuestro amantísimo titular, la representación de las cofradías de Semana Santa y de la agrupación, a la que representaba el propio presidente D. Serafín Sánchez. Presidiendo todo el cortejo y cumpliendo con el protocolo, nuestra Hermana Mayor, Mercedes Padilla, que vistiendo el hábito penitencial propio de su cargo estuvo acompañada en todo el recorrido por el pregonero de este año, D. Antonio García Gallego. El trono estuvo escoltado, como viene siendo habitual, por sayones de la Hermandad del Ecce-Homo y Jesús en la Columna, capitaneados por el soldado Lonjinos.

El paso de misterio, concluida ya la fase de tallado, lució con los faroles del paso de nuestra cofradía hermana “Entrada de Jesús en Jerusalén”, que los cedió para la ocasión. A lo largo del recorrido pudimos constatar el excelente trabajo realizado por la cuadrilla de costaleros, dirigidos brillantemente por su capataz Jorge Pitchot.

Y siguiendo a nuestro Padre Jesús, detrás del paso, los doce apóstoles pertenecientes a de la Hermandad de los Apóstoles y nuestra agrupación musical, “Virgen de la Esperanza”, que acompañó con un lucido repertorio de marchas a nuestro amantísimo titular durante todo el recorrido. La agrupación musical exhibió con sus sones un verdadero alarde del buen trabajo y buen hacer que están realizando. El magnífico y bien interpretado repertorio de marchas con las que honró al Señor de la Oración del Huerto, dejó patente la calidad y profesionalidad que ha adquirido gracias al trabajo disciplinado y constante de todos sus miembros

Tras la agrupación musical, otro amplio cortejo de penitentes, y tras estos el estandarte de la cofradía que junto con los faroles negros, indicaban el comienzo de la sección de camareras que vestían la mantilla con elegancia y con la sobriedad propia de la ocasión. Les seguía el Paso de Palio. La Reina de los Cielos, Nuestra Madre de la Esperanza, irradiaba luz y amor, desatando emociones y sentimientos a quienes la contemplaban a su paso. La Señora, arreglada para la ocasión por el vestidor granadino Álvaro Abril, estrenó la bambalina frontal del nuevo palio.

Elegante resultó también el trabajo realizado por la cuadrilla del paso de palio, magníficamente dirigidos por José Carlos Jiménez. Por último cerraba el cortejo la banda de música de Mancha Real, que desde hace ya varios años viene acompañando con sus marchas a la Virgen de la Esperanza.

Fueron muchas las personas que aguardaban para ver a la Cofradía en nuestro recorrido por las calles Santo Domingo, Horno, Gala y Tejuela, acompañándonos hasta nuestro regreso al templo, donde concluyó un año más nuestra estación penitencial.

No podemos concluir esta crónica sin dejar patente el extraordinario comportamiento del cuerpo de penitentes, consiguiendo el recogimiento, la abnegación y la reflexión, que debe reinar en la estación penitencial. Que el Señor de la Oración del Huerto y su Madre, Nuestra Señora de la Esperanza, nos bendigan a todos.





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